Nuestro país tiene una fuerte tradición quesera. El queso poco a poco va captando la atención de los consumidores y va sofisticándose.

Esta sofisticación pasa por todos sus aspectos: sabores, aromas, textura e incluso procesos de elaboración.

Las 5 variedades de quesos más consumidas en el país son: cremoso (cuartirolos), Port Salut, Mozzarella, Tybo en barra, Sardo y Reggionito.

El queso Tafí es uno de los quesos más antiguos que se elabora en el país, en el Valle del Tafí, provincia de Tucumán. También está en Goya, que es un queso duro cuyo origen recuerdo a esa ciudad correntina.
Hay otras localidades queseras como el queso Tandil, el Banquete, el Chubut, el Atuel, el Mar del Plata, el Viedma, el Quesillo del noroeste, el Cremoso, el Taluhet, el Pampinita, el San Jorge, el Ranquel, etc, todos quesos con nombres de orígenes criollos.
El consumo de queso por habitante ha ido creciendo en la última década. Pasó de 8 kilos por persona por año a 12,9 kilos.
Los quesos que más terreno ganaron son los de pasta semidura, como el Dambo, por ejemplo.

En Argentina se pueden conseguir hasta 80 variedades de quesos. Entre los más conocidos están: Azul, Colonia, Cremoso, Criollo, Cuartirolo, Edam, Fontina, Gouda, Gruyere, Holanda, Pategrás, Pepato, Provolone, Romano, Sardo, Sbrinz, Tandil y Tybo.

Nuestro país se encuentra entre los diez primeros países productores de quesos en el mundo, con una fuerte tradición implantada por los inmigrantes europeos, a partir de mediados del siglo XIX.

Con un consumo promedio de 12,9 kg per cápita, los argentinos somos grandes consumidores de quesos de América Latina. Basta compararlo con otros países de la región: en Uruguay es de 7,5 kg; en Chile, de 5,2 kg; en Brasil, 3,6 kg y en Méxigo, 3,1 kg.